Afortunadamente los compositores también ha sabido elegir historias cómicas y desenfadadas.
Incluso en París existe la Ópera Comique, un teatro dedicado a las obras más desenfadadas que no entraban en la seriedad argumental que exigía el Palais Garnier.
Carmen, la famosa ópera de Georges Bizet, se estrenó en este teatro.
Durante el romanticismo (recordamos siglo XIX) hubo varios compositores que a modo de divertimento o por encargo, escribieron óperas cómicas. Como principales exponentes encontramos a Gioachino Rossini, Gaetano Donizetti, Johann Strauss.
En este post, vamos a divertirnos un rato después de tanta seriedad dramática.
Gioachino Rossini escribió 39 óperas, no todas dramáticas. En sus obras utilizaba los números habituales del momento: arias, duetos, recitativos, coros... Era un hombre que tenía un gran sentido del humor y entre todas sus célebres páginas, existe una particularmente divertida y desenfadada.
Está interpretada por dos mujeres, una soprano y una mezzosoprano, y la letra es dificilísima.
Todo el desarrollo de la obra se basa en el maullido de un par de gatas, por lo que sólo escuchamos el monosílabo "miau" a lo largo de toda la página.
¿Cómo interpretar el mensaje? Pues al tratarse de una página desenfadada, la imaginación es libre y se pueden sacar muchas conclusiones después de escucharla. También influye la ambientación y la capacidad cómica de las intérpretes.
Pongo aquí dos enlaces diferentes, en el que podemos ver dos visiones distintas:
- Felicity Lott y Ann Murray, en un concierto en el Royal Albert Hall de Londres, durante los Proms de 1996 .
- La gran Monserrat Caballé y Concha Velasco, durante un programa que se emitió en 1990.
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